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El golpe que llevó al poder al dictador paraguayo Stroessner cumple 60 años

KDCU News
05/03/2014 4:38 PM
Actualizada: 05/03/2014 3:10 PM

Asunción, 3 may (EFE).- Se cumplen mañana 60 años del golpe de Estado en Paraguay en el que Alfredo Stroessner derrocó al entonces mandatario, Federico Chaves, una acción que le convirtió en el poder en la sombra y llevaría al inicio de la dictadura en agosto de 1954.

Comenzó así un régimen personalista que se prolongó hasta 1989, en el que se registró un total de 425 desaparecidos o ejecutados por las fuerzas de seguridad, además de unos 20.000 detenidos, la mayoría víctimas de torturas y abusos, según divulgó en 2008 la Comisión de Verdad y Justicia (CJV).

La dictadura como tal no se puso en marcha hasta casi cuatro meses después del 4 de mayo, la fecha del golpe, cuando Stroessner, a su vez Jefe de las Fuerzas Armadas, asumió la presidencia tras ganar las elecciones de julio, a las que acudió como único candidato.

Entre la asonada y su asunción presidencial, el Ejecutivo estuvo en manos de Tomás Romero Pereira, considerado una “herramienta” del futuro dictador para dar credibilidad democrática a su toma de poder.

Previamente, Paraguay vivía sobre un complicado tablero económico agravado por las luchas internas en el Partido Colorado, al que pertenecía Chaves, orientado en esa época a una política de acercamiento a la Argentina de Juan Domingo Perón (1895-1974).

“Había una situación económica delicada y una inestabilidad política. También una vinculación internacional. Chaves simpatizaba con Perón, que entonces tenía un discurso nacionalista y contrario a la injerencia de EE.UU.”, dijo a Efe el activista de derechos humanos Martín Almada, torturado y desterrado por la dictadura.

Almada recalca que el golpe fue respaldado desde un principio por Brasil y EE.UU., país que, según el activista, legitimó a Stroessner como “líder anticomunista de América Latina”.

“Era la guerra fría y él, de ideología fascista y simpatizante del nazismo, se creía el campeón del anticomunismo. De hecho bautizó su régimen como Democracia sin Comunismo”, comenta Almada.

En 1992, tras un largo exilio, Almada descubrió los llamados “Archivos del Terror”, tres toneladas de papeles internos de la dictadura que aportan datos sobre la llamada “Operación Cóndor”, de la que “Stroessner fue una pieza importante”, según el activista.

El operativo fue un plan de represión coordinada instaurado por los regímenes militares del Cono Sur durante las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX, al que no escaparon cientos de paraguayos contrarios a la dictadura.

Almada destaca que el “stronato” también se perpetuó durante 35 años gracias al apoyo incondicional del Ejército y del Partido Colorado, convertido en partido único y valedor del dictador.

“Primero hizo una purga entre las corrientes progresistas del partido y luego lo alquiló para sus fines. Estableció que nadie podía ingresar en la Administración sin estar afiliado. No tener el carné del partido estaba mal visto, te convertías en comunista”, indicó Almada.

Stroessner estableció, además, una red de clientelismo político, otorgando dádivas a sus hombres más útiles, principalmente grandes extensión de tierra, y animándoles al saqueo de las arcas del Estado a cambio de su fidelidad.

Y en medio el terror como arma de eliminar a los disidentes, ya fueran de izquierda o contrarios al caudillaje de “El Rubio”, como era conocido popularmente por sus rasgos físicos, herencia de la sangre alemana paterna.

“Se mantuvo por la pura violencia, por el terrorismo de Estado. Si tuvo algún carisma fue el del miedo y el del terror, porque como político era un mediocre incapaz de pronunciar un discurso improvisado”, indicó Almada.

Dentro de ese Estado bajo vigilancia, Almada reseña la existencia de los “pyrague” (delatores, en guaraní), los miembros del Partido Colorado encargados de informar de cualquier atisbo de oposición al líder.

“Eran casi una figura institucional, otro de los hilos de la represión, que informaban a las seccionales, las sedes en los pueblos del Partido Colorado”, recuerda Almada.

El 2014 marca también el 25 aniversario de la caída de Stroessner, mediante un golpe militar protagonizado por quien era su hombre de confianza y consuegro, el general Andrés Rodríguez, luego el primer presidente tras la democracia.

“Stroessner cayó porqué ya no servía a los intereses de quienes lo sostenían. Su sistema era caduco y él estaba muy mal de salud”, opina Almada.

Ya depuesto, Stroessner se refugia en Brasil, donde fallece en 2006, gozando de una impunidad que, según Almada, es la principal herencia de su régimen.

“Hoy en Paraguay queda el stronismo sin Stroessner: corrupción e impunidad, especialmente en la Justicia, que no ha movido un dedo por recuperar su fortuna, calculada en unos 5.000 millones de dólares, ni en enjuiciar a los responsables de la dictadura”, comentó Almada.