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Tras el acuerdo nuclear con Irán, el gran reto será su escrupulosa aplicación

KDCU News
11/23/2013 9:27 PM
Actualizada: 11/24/2013 1:20 PM

Ginebra, 24 nov (EFE).- Una vez alcanzado la pasada madrugada el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, el Gobierno de Teherán afronta a continuación el reto inmediato de facilitar su escrupulosa aplicación en los seis meses que siguen, única manera de que cumplido este plazo el arreglo quede fijado.

Sólo ese paso final, que requiere la adopción de un acuerdo definitivo, cerrará la crisis de más de 35 años entre Irán y los países más influyentes de Occidente que aisló a la república islámica.

Si bien las negociaciones resultaron largas y difíciles, con momentos que hacían presagiar el fracaso, y el éxito con el que han concluido ha sido aplaudido alrededor del mundo, la segunda etapa no será necesariamente más sencilla.

Así lo ha explicado el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov: “En estos seis meses, no sólo tenemos que mantener el ‘status quo’. Hemos acordado dedicar este periodo a continuar con intensas negociaciones para llegar a acuerdos finales sobre los parámetros de las actividades nucleares pacíficas de Irán”.

Las autoridades iraníes, que como es lógico se han apresurado a presentar a su opinión pública este acuerdo como un gran logro en su favor, deberán ahora demostrar su buena fe al resto del mundo y cumplir cada punto con el que se han comprometido, empezando por la neutralización de sus reservas de uranio enriquecido al 20 por ciento.

Esto se logrará sea a través de su disolución a un nivel por debajo del 5 por ciento o de su conversión en una forma que no pueda ser utilizada para un enriquecimiento mayor.

Asimismo Teherán se ha comprometido a no ensamblar ninguna centrifugadora adicional de ningún tipo y a no instalar ni utilizar centrifugadoras de nueva generación para el enriquecimiento.

También deberá dejar inoperables aproximadamente la mitad de las centrifugadoras de las plantas nucleares de Natanz, y tres cuartas partes de las que están en la de Fordo, para evitar que puedan ser usadas para enriquecer uranio.

La producción de centrifugadoras de Irán quedará limitada a las que se necesiten para reemplazar equipos dañados.

En cuanto a sus actividades de procesamiento, Irán aceptó detener el aumento de sus reservas de uranio enriquecido al 3,5 por ciento, de modo que al cabo de los seis meses de vigencia de este acuerdo la cantidad deberá ser igual a la de hoy.

En cuanto al reactor nuclear de Arak, Teherán accedió a detener sus trabajos de construcción, medida que pasa por parar la producción y pruebas de combustible para el mismo, no transportar combustible o agua pesada al lugar donde se encuentra el reactor y no instalarle ningún componente adicional.

Tampoco construirá ninguna instalación que pueda servir para el reprocesamiento, sin lo cual no podrá separar el plutonio del combustible gastado, con lo que el primero no puede ser utilizado para armamento.

El cumplimiento estricto de todos estos compromisos será garantizado a través de un acceso extendido a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que podrán entrar a diario a las plantas nucleares de Natanz y Fordo.

Durante esas visitas, los inspectores podrán visualizar las imágenes de las cámaras de vigilancia con las que se busca asegurar una supervisión completa y que cualquier incumplimiento sea detectado muy rápidamente.

Asimismo, el personal del OIEA tendrá acceso al conjunto de plantas de ensamblaje de centrifugadoras y a los espacios donde se producen sus rotores.

Igualmente, podrán entrar a las minas de uranio y trituradoras.

Las autoridades competentes iraníes deberán proporcionar información que hasta ahora no habían puesto a disposición sobre el reactor de Arak, donde las inspecciones se reforzarán, según indica el acuerdo.

Para la etapa de implementación y verificación de todos estos pasos, el Grupo 5+1 e Irán establecerán una comisión conjunta, responsable de gestionar las situaciones inesperadas que puedan presentarse.

Esa comisión trabajará en coordinación con la OIEA.

Si Irán se pliega a lo que ha firmado, Teherán y sus contrapartes (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania) podrán cerrar un acuerdo definitivo al término de las negociaciones que continuarán en el próximo medio año.

Por Isabel Saco